Se acerca el fin de año, muchos recuerdos se vienen a la mente estos días, y entre todos hay uno que ha supuesto una motivación cada día que pasaba, el salir con mi bici. No es el que más destaque de este año, eso seguro, hay miles de recuerdos con familia y amigos pero si que ocupa un gran lugar en este año que acabamos. La bici ha supuesto el conocer gente, lugares nuevos, conocer mis límites e intentar superarlos... ha supuesto mucho y espero que lo haga durante muchos años. Pero no escribo para hablar de reflexiones sino para contaros la ruta que hice ayer día 30 de Diciembre y que será la última ruta que haré este año, la primera del que viene ya está en mi mente.
Hoy el lugar de reunión con mi compañero Antonio ha sido el punte romano, ya solo con esta vista merece la pena dar unas pedaladas, que bonita es Salamanca. Hoy toca el Piruli, unas de las zonas más altas cercanas a la capital salmantina desde la que se aprecia gran parte de la provincia.
Hoy el día se presentaba más tranquilo que el anterior, no soplaba el viento, los caminos deberían estar secos debido a la falta de lluvia estos días... pero como descubriréis más adelante no era así.
Cogimos el carril bici dirección Vistahermosa, donde nada más empezar nos encontramos con una cuestecita para ir entrando en calor; una vez arriba cogemos la carretera que lleva hacia el poblado antiguo de Vistahermosa y nos desviamos por un camino paralelo a la carretera de Matilla. Aquí vienen las primeras sorpresas, zonas anegadas de agua que lo único que hacían es que nuestras ruedas fueran evacuando el agua, y así nos pusimos de barro y solo acabábamos de empezar. Esta zona hacia el Piruli es en continua subida, no muy pronunciada pero siempre picando hacia arriba, con alguna zona de subida con piedra suelta donde hay que tener cuidado si no te queires dar un buen golpe. Finalmente cogiendo el tramo de carretera que sale hacia el hospital de los montalvos llegamos al Pirulí. Era la hora de volver, " vamos bien de tiempo, podemos alargarla un poco" decía Antonio y allá que fuimos.
A la hora de volver continuamos por el camino paralelo a la carretera donde se aprecia un campo de tiro militar pero esta vez no lo rodearíamos entero sino que nos desviaríamos hacia Aldeatejada. Esta subida hasta la zona más alta ha sido la parte más técnica de la ruta, mucha piedra grande y suelta que hacía estar en tensión desde el principio. Una vez arriba comenzaba la bajada hasta el pueblo, unos 4km en bajada con agua en el camino y con roderas, lo que añadió un punto de cuidado en la bajada," hay que estar muy atento, algún susto ha tenido algún compañero aquí", y si que había que tener cuidado, los 40km/h se cogían enseguida.
Una vez en aldeatejada, continuamos por el camino hacia la carretera de Béjar, desviandonos antes para llegar a Miranda de Azán y volver por el camino de la ruta de la plata hasta Salamanca.
Finalmente como la ruta anterior, lavamos las bicis en casa de Antonio y yo emprendí la vuelta a casa por el carril bici.
Un saludo y hasta el año que viene.
